Lo que Dios da, nadie lo quita, lo que decide no lo cambia un ser humano que no lo guarda en su alma. El poder de Dios es para siempre y su misericordia para los que en él creen.
¡Ojo! Firmes en la fe para detener los dardos de fuego del maligno. No te dejes usar por la ira, o el desespero. No reniegues ni cuestiones, Solo sigue adelante con inteligencia y guardando silencio ante Dios para esperar en él.
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